VOLUMEN IV
La idea de un campo ilustrado venía a mi cabeza cuando diseñé la nueva colección. Normalmente asociamos telas lisas y pálidas para el campo, pero yo quería texturas, colores neutros pero vibrantes y muy sutiles geometrías en ton sur ton.
Así nacen diseños como las lanas en blancos rotos o azules cerúleo, algodones con tramas bordadas en rayas o geométricos y falsos lisos con mucha textura. España es un país de profunda tradición de campo, caza y caballos, y quería poder ofrecer una colección inspirada en esas masías, cortijos, quintas y caseríos, donde la decoración se renueva y moderniza.
Y como no concibo un campo completamente liso, quise mezclar con estampados cuya inspiración viene de muy diversas fuentes. Así, el jarrón de peonías sobre una porcelana de Delf recuerda a la más pura tradición inglesa de campiña. Sin embargo, los jarrones de laca japonesa bordados tienen un punto más rico y sofisticado, producto de las influencias del China Trade. También el estampado sobre lino de flores al modo Luis XVI con una paleta de color muy cuidada, nada convencional, en un amarillo pálido, marsala, verde hierba y azul cerúleo.
Mis colecciones tienen que tener terciopelos, abundancia de ellos, por ello, el terciopelo vegetal con inspiración veneciana y turca, como los usados en el palacio de los Dogos. Y más urbano y moderno el terciopelo con dibujo de cuadros, con recuerdos a la Alta Decoración de mediados del siglo XX en América y Francia.
En definitiva, es una colección intemporal, intelectual y refinada que, aunque se ha pensado para un campo muy sofisticado, se puede mezclar y cambiar de concepto adecuándola a un espacio urbano internacional.
